Hablar
o escribir de interculturalidad no es tan preciso, como vivirlo y en esta
oportunidad pudo hacerse a través de la asistencia al Encuentro Pedagógico de
Educación Física, realizado en la ciudad de Antigua Guatemala en la semana
comprendida del 1 al 5 de septiembre.
En
alguna oportunidad se habló que los niños no tienen ningún tipo de prejuicio,
estereotipo o rechazo entre ellos y que la convivencia a esta edad en la
escuela, es un acto libre de todas estas situaciones y máxime en el nivel
preprimario donde se desarrolló la actividad, sobre todo en ese espacio de
tiempo en el cual se reúnen para compartir actividades motrices, lúdicas o
juegos dirigidas por el docente de Educación Física.
El grupo de niños pertenece a dos escuelas, la primera
de la Escuela Oficial de Párvulos de San Lucas Sacatepéquez y el segundo de la
Escuela Cayetana Echeverría de la cabecera departamental, los docentes alumnos
de la última promoción de Maestros de Educación Física de los diferentes
departamentos que también demostraron que cuando se tiene un objetivo claro y
específico se puede convivir en unidad y pacíficamente.
La fotografía es elocuente, en ella se
observa que pertenecen a diferentes culturas, pero la comunicación entre ellos
y las actividades escolares es algo que disfrutan el día de clases sin ningún tipo de problema.
Siendo
este el verdadero significado de la Interculturalidad: interacción entre dos o
más culturas de un modo horizontal y sinérgico, en el que ninguno del conjunto
se encuentre por encima del otro, condición que favorece la convivencia
armónica de todos los individuos.
Si
las relaciones interculturales implican el respeto hacía la diversidad, aunque
es inevitable el desarrollo de conflictos, estos se resuelven por medio del
diálogo y la concertación, pues es la escuela el mejor medio para el
fortalecimiento de los valores que tanto se necesitan en la actualidad.
Ya que a través de actividades como el juego, deporte, excursionismo o
recreación, se genera con mayor facilidad, pues se promueve la integración, el respeto a las capacidades y habilidades
individuales como también las diferentes
normas que se establecen en la realización de cada una de ellas.
Y qué decir de los participantes de este encuentro
pedagógico, cuyo objetivo principal era verificar la puesta en práctica del
aprendizaje de cómo se planifica, desarrolla y evalúa una clase de educación
física a este nivel, con el reto de desconocer totalmente a los niños, pues
provenían de todos los departamentos con excepción de Quiché, Chimaltenango y
Retalhuleu que no se hicieron presentes.
Ninguno
de ellos se conocía, sin embargo, el tener un objetivo, compartir con los
niños, ser la última promoción de Maestros, les permitió identificarse e
integrarse de tal manera que la convivencia fue algo especial y que también
tiene mucha relación con la interculturalidad, pues en ellos no privó el
egoísmo, superioridad o discriminación, se podría decir que vivieron un momento
que jamás volverá a repetirse en la vida de cada uno de ellos.
En
ambos casos puede observarse la diversidad de culturas participantes y la
aceptación entre ellos. Cual fue el resultado de esta interacción: un día
pletórico de risas, satisfacciones y aprendizaje, situaciones que hacen pensar
que si todos los adultos actuásemos como niños en nuestras relaciones
interpersonales, se tendrían menos problemas en el país.
Entonces se podría preguntar ¿hubo aceptación e interacción entre ellos?
Claro que si, la
nobleza, candidez, sinceridad e inocencia de los niños lo permite todo, quienes
estuvieron presentes pudieron ser testigos de lo siguiente:
Si esto fuera transmitido también a los adultos, si comprendieran
la importancia de dejar a un lado la discriminación, prejuicios, racismo y
otras situaciones que generan las dificultades entre unos y otros, si buscaran
realmente la convivencia pacífica y si se diera mayor importancia a las
actividades como esta, en que todos de alguna manera por un objetivo general
(que no es difícil de alcanzar), se
propusieran primero lograr la meta común (un nacionalismo) y, después la mejora
de lo específico (el desarrollo de la comunidad), la situación sería muy
diferente.
Cuando la escuela tome en cuenta realmente las diferencias individuales,
estilos de aprendizaje, inteligencias múltiples y aprendizaje cooperativo es
seguro que se daría cumplimiento a lo establecido en la Constitución Política
de la República de Guatemala, la búsqueda del bien común y al desarrollo
integral de las personas, permitiendo que se pudiera tener una convivencia sana
y pacífica entre sus habitantes.
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